Cueto en Santander: Playas, naturaleza y vida de pueblo
Vivir en Cueto, en el corazón de Santander, es elegir la tranquilidad de un barrio con alma de pueblo y la brisa del mar. Aquí te contamos todo lo que necesitas saber antes de encontrar tu nuevo hogar, desde los precios hasta los secretos mejor guardados.
Precios de alquiler en Cueto (actualizado 2025)
Los precios de alquiler en Cueto suelen ser más accesibles que en el centro de Santander, permitiéndote disfrutar de un entorno natural sin renunciar a la comodidad. Un piso de dos habitaciones ronda los 700-900 euros, mientras que las casas con jardín pueden superar los 1200 euros, especialmente las cercanas a la costa. La demanda es constante, sobre todo en verano, por lo que encontrar algo bueno requiere estar atento.
Ventajas y desventajas de vivir en Cueto
- Pros:
- Proximidad a playas como El Sardinero o la Playa de Mataleñas, perfectas para paseos matutinos.
- Ambiente relajado y familiar, ideal para quienes buscan huir del bullicio urbano.
- Acceso fácil a zonas verdes como el Campo de Golf de Mataleñas, un pulmón verde con vistas al mar.
- Contras:
- Menos opciones de ocio nocturno y tiendas que en el centro de Santander.
- La dependencia del coche puede ser mayor si trabajas lejos del barrio.
- Algunas zonas pueden sentir el impacto del turismo en temporada alta.
Transporte público en Cueto
Moverse por Cueto es sencillo gracias a la red de autobuses urbanos. La línea 13 de la TUS conecta Cueto directamente con el centro de Santander, pasando por puntos clave como Puerto Chico y la Estación de Autobuses. La parada de bus de la Avenida del Faro es un punto neurálgico, facilitando el acceso a las playas y al emblemático Faro de Cabo Mayor.
Un paseo por las playas y el Faro de Cabo Mayor
Cueto es sinónimo de costa y naturaleza. La Playa de Mataleñas, una cala resguardada entre acantilados, es perfecta para un baño tranquilo. Un poco más allá, el imponente Faro de Cabo Mayor no solo ofrece vistas espectaculares del Cantábrico, sino que también alberga un centro de arte y una pequeña cafetería. Caminar por los senderos que bordean la costa, desde La Maruca hasta el propio faro, es una actividad obligada para residentes y visitantes que buscan la verdadera esencia santanderina.