Cullera: Sol, playa y tradición valenciana
Comprar en Cullera es apostar por un estilo de vida mediterráneo auténtico. Este pueblo de la Ribera Baixa combina la tranquilidad de sus playas con la historia de su castillo y una gastronomía de paella y arroces que enamora. Es ideal para quienes buscan una segunda residencia o un cambio de aires permanente.
Precios de venta en Cullera (actualizado 2025)
El mercado inmobiliario en Cullera ofrece opciones para todos los bolsillos. Puedes encontrar apartamentos reformados en el Racó I desde 150.000€, o villas con vistas al mar en la zona del Faro superando los 400.000€.
- Apartamentos en la Playa de San Antonio: 180.000€ - 250.000€
- Viviendas unifamiliares en el Dosel: 300.000€ - 500.000€
- Pisos céntricos cerca del Mercado Municipal: 120.000€ - 180.000€
Ventajas y desventajas de comprar en Cullera
Vivir en Cullera tiene sus pros y sus contras, como en cualquier lugar.
- Lo bueno: Las impresionantes playas de arena fina, como la playa de San Antonio o la de El Dossel. La tranquilidad fuera de temporada alta y la rica oferta de ocio en verano. La cercanía a Valencia, a solo 40 minutos en coche por la V-21.
- Lo malo: El aumento de población y el tráfico en los meses de verano. Algunas zonas pueden ser ruidosas durante la temporada alta.
Transporte público en Cullera
Moverse por Cullera es sencillo, aunque muchos prefieren la bicicleta o caminar.
- Tren: La estación de Cercanías Renfe de Cullera conecta con Valencia en aproximadamente 30 minutos, ideal para ir y venir a la capital.
- Autobús: Líneas urbanas y interurbanas conectan las diferentes zonas del pueblo y con localidades cercanas.
- Coche: Acceso fácil a la AP-7 y la N-332.
Cullera: Un legado histórico junto al mar
La historia de Cullera está marcada por su ubicación estratégica. El Castillo de Cullera, de origen musulmán, corona la montaña y ofrece vistas panorámicas espectaculares del Mediterráneo y la desembocadura del Júcar. Pasea por sus murallas y el Santuario de la Virgen del Castillo para un viaje al pasado. Además, el Barrio del Pozo, con sus callejuelas estrechas y casas blancas, es un vestigio de la Cullera más tradicional.