Villahermosa - Santa Faz, Alicante: Tranquilidad y cercanía a la playa
¿Buscas un sitio tranquilo pero cerca de todo? Villahermosa - Santa Faz es ese rincón de Alicante que combina la calma residencial con la comodidad de tener el mar a un paso. Ideal para quienes aprecian la vida de barrio sin renunciar a la playa.
Precios de alquiler en Villahermosa - Santa Faz (actualizado 2025)
Los precios de alquiler en Villahermosa - Santa Faz suelen ser más asequibles que en el centro de Alicante, rondando los 650-850 euros para pisos de dos habitaciones. Los chalets o casas adosadas, con sus típicos jardines mediterráneos, pueden alcanzar los 1.100 euros.
Ventajas y desventajas de vivir en Villahermosa - Santa Faz
Ventajas:
- Proximidad a la playa de San Juan, perfecta para paseos matutinos.
- Ambiente familiar y tranquilo, con poco ruido de la ciudad.
- Servicios esenciales como el Centro de Salud de Santa Faz, muy a mano.
Desventajas:
- Menor oferta de ocio nocturno en comparación con el centro de Alicante.
- Dependencia del coche para algunas gestiones, aunque el transporte público mejora.
Transporte público en Villahermosa - Santa Faz
Para moverte por Villahermosa - Santa Faz y sus alrededores, tienes varias opciones. La línea de autobús 23 conecta directamente con el centro de Alicante y la playa de San Juan. Además, el TRAM Metropolitano, con su estación en la Avenida de Benidorm, ofrece una alternativa rápida para llegar a otras localidades costeras.
Historia y vida en Santa Faz: Más allá de la playa
El barrio de Santa Faz no es solo playa; es historia. Aquí se encuentra el Monasterio de la Santa Faz, un lugar de peregrinación muy importante, conocido por la reliquia del sudario de Cristo. Cada año, en abril, miles de personas acuden a la Romería de la Santa Faz, creando una atmósfera festiva y tradicional que lo hace único en la provincia.
- El Camí de la Santa Faç es un recorrido histórico que se llena de vida durante la Romería.
- Disfruta de los pequeños comercios locales y la gastronomía alicantina en los alrededores del monasterio, con sus típicas tapas y arroces.