La Mosca en Málaga: Un rincón tranquilo junto al mar
¿Estás pensando en mudarte a Málaga y buscas un lugar que combine la tranquilidad de un barrio residencial con la cercanía a la playa? La Mosca podría ser tu sitio. Este barrio, situado al este de la capital malagueña, es conocido por sus vistas al mar y su ambiente relajado, ideal para quienes huyen del bullicio del centro pero quieren tenerlo a mano.
Precios de alquiler en La Mosca (actualizado 2025)
Alquilar en La Mosca ofrece opciones variadas, desde apartamentos más modestos hasta casas con jardín. Los precios medios se sitúan alrededor de los 800-1100 euros para un piso de dos habitaciones, aunque puedes encontrar alguna oferta por 650 euros en apartamentos más pequeños. Las casas unifamiliares suelen superar los 1.300 euros, sobre todo si tienen vistas directas al mar o piscina.
Ventajas y desventajas de vivir en La Mosca
- Pros: La paz que se respira es una de sus mayores virtudes, perfecta para desconectar. Su cercanía a la Playa del Palo, a solo 10 minutos a pie, es un gran atractivo. Además, las propiedades aquí suelen ofrecer espacios exteriores, algo muy valorado en Málaga.
- Contras: El transporte público, aunque existe, no es tan frecuente como en otras zonas, lo que puede requerir el uso de coche. Los servicios como supermercados grandes o centros de salud están un poco más alejados, necesitando un pequeño desplazamiento.
Transporte público en La Mosca
La principal forma de moverse por La Mosca sin coche es con la red de autobuses de la EMT. La línea 11 (Universidad-El Palo) tiene paradas clave que conectan el barrio con el centro de Málaga y otras zonas importantes. Las paradas en la Avenida Juan Sebastián Elcano son puntos estratégicos para acceder a los buses.
Las vistas panorámicas de La Mosca
Si algo define a La Mosca son sus espectaculares vistas. Desde muchas de sus calles elevadas, puedes disfrutar de una panorámica ininterrumpida del mar Mediterráneo, con los barcos faenando y el puerto de Málaga al fondo. Es el lugar perfecto para un paseo al atardecer, sobre todo desde las calles más altas como Calle Almuñécar, donde las casas se asientan en las laderas ofreciendo estampas únicas.