Coll d'En Rabassa en Palma: Tradición costera y ambiente familiar
El barrio de Coll d'En Rabassa, en la capital balear, es un lugar con encanto que combina la tranquilidad de una zona residencial con la cercanía al mar. Aquí, la vida transcurre a un ritmo diferente, ideal para quienes buscan un hogar lejos del bullicio céntrico pero sin renunciar a todas las comodidades.
Precios de alquiler en Coll d'En Rabassa (actualizado 2025)
Los precios de alquiler en Coll d'En Rabassa son bastante competitivos si los comparamos con otras zonas costeras de Palma. Un piso de dos habitaciones puede rondar los 800-1000 euros, mientras que los adosados o casas con jardín se sitúan entre los 1200 y 1600 euros, dependiendo de su tamaño y proximidad a la playa. La demanda es constante, especialmente en verano.
Ventajas y desventajas de vivir en Coll d'En Rabassa
- Ventajas:
- Proximidad a la Playa de Ciutat Jardí, perfecta para disfrutar del Mediterráneo.
- Ambiente familiar y seguro, con muchos parques y zonas verdes como el Parque de la Ribera.
- Buena comunicación con el centro de Palma y el aeropuerto.
- Oferta de servicios locales, como pequeños comercios y restaurantes tradicionales.
- Desventajas:
- La cercanía al aeropuerto puede generar algo de ruido en ciertas zonas del barrio.
- Puede resultar menos animado que otras áreas de Palma con más vida nocturna.
- El aparcamiento puede ser complicado en las calles más estrechas, sobre todo en temporada alta.
Transporte público en Coll d'En Rabassa
Moverse por Coll d'En Rabassa y sus alrededores es sencillo. Las líneas de autobús de la EMT Palma, como la línea 25, conectan el barrio directamente con el centro de la ciudad, pasando por la Plaza de España. También hay conexiones rápidas con el aeropuerto de Son Sant Joan, lo que es un punto a favor para quienes viajan con frecuencia. La Ma-19 también facilita los desplazamientos en coche.
La esencia histórica y costera de Coll d'En Rabassa
Coll d'En Rabassa no es solo un barrio residencial; tiene una rica historia ligada al mar. Antiguamente fue un pueblo de pescadores y aún conserva parte de esa esencia en sus calles más antiguas. El Paseo Marítimo de Ciutat Jardí, con sus vistas a la Bahía de Palma, es un reflejo de esa tradición. Aquí se encuentra la Iglesia de San Antonio Abad, un punto de referencia local con una arquitectura peculiar.