La Calatrava en Palma: Historia, mar y encanto Mediterráneo
Vivir en La Calatrava es sumergirse en la esencia de Palma. Este barrio histórico, pegadito a la bahía, es como un pueblo dentro de la ciudad. Sus calles estrechas y empedradas te invitan a perderte y descubrir rincones llenos de encanto. Aquí, el pasado y el presente conviven en armonía, ofreciendo una experiencia de vida única con el mar siempre a la vista.
Precios de venta en La Calatrava (actualizado 2025)
En La Calatrava, el precio medio del metro cuadrado se sitúa en torno a los 5.500€, aunque los inmuebles con vistas al mar o rehabilitados pueden superar los 7.000€. Un piso de dos habitaciones, de unos 80m², puede rondar los 440.000€. Los áticos, con sus maravillosas terrazas, son los más codiciados y alcanzan precios más elevados.
Ventajas y desventajas de comprar en La Calatrava
- Pros de vivir en La Calatrava:
- Ubicación inmejorable: Junto al mar, el Parc de la Mar y la Catedral de Palma.
- Historia y autenticidad: Un barrio con carácter, casas señoriales y un ambiente genuino.
- Vida tranquila: A pesar de ser céntrico, es un remanso de paz.
- Contras de vivir en La Calatrava:
- Precios elevados: Es uno de los barrios más caros de Palma.
- Aparcamiento: Puede ser complicado encontrar aparcamiento en la calle, aunque hay opciones de párkings subterráneos.
- Calles estrechas: Algunas calles pueden resultar un desafío para coches grandes.
Transporte público en La Calatrava
Moverte por La Calatrava y el resto de Palma es muy sencillo. La mayoría de los trayectos se hacen caminando, disfrutando del entorno. La parada de bus más cercana, Plaça de la Reina (líneas 15, 25, 35), te conecta con el centro y otras zonas clave. La estación intermodal, para tren y metro, está a solo 15 minutos andando.
La historia viva de La Calatrava: murallas y secretos
La Calatrava es uno de los barrios más antiguos de Palma. Su nombre proviene de la orden militar de Calatrava, que tuvo un papel importante en la conquista de la ciudad. Paseando por sus calles, te toparás con restos de la antigua muralla árabe y edificios históricos como el Convento de Sant Francesc, con su impresionante claustro gótico del siglo XIII. La Plaza de Sant Francesc, con su ambiente tranquilo y sus cafeterías, es perfecta para tomar un café y sentir el pulso del barrio.