Comprar en Sant Jordi (Palma): Guía de precios, encanto rural y vida local
Sant Jordi, en Palma, te ofrece un refugio de tranquilidad con un ambiente rústico inconfundible. Es ideal si buscas la calma del campo sin alejarte demasiado de las comodidades de la ciudad. Aquí encontrarás casas con terrenos amplios y un estilo de vida más relajado.
Precios de venta en Sant Jordi (actualizado 2025)
El precio medio del metro cuadrado en Sant Jordi se sitúa alrededor de los 2.800 €/m². Las casas rústicas y fincas con terreno suelen oscilar entre los 300.000 y 800.000 euros, dependiendo de la superficie y el estado. Los adosados, más escasos, pueden encontrarse a partir de 250.000 €.
Ventajas y desventajas de comprar en Sant Jordi
- Pros:
- Tranquilidad: Es un barrio muy tranquilo, con poco ruido y un ritmo de vida pausado.
- Entorno natural: Rodeado de campos y con fácil acceso a rutas de senderismo y ciclismo.
- Espacio: Muchas propiedades ofrecen grandes parcelas con jardín, piscina y espacio para cultivar.
- Conexión: La cercanía a la autopista te permite llegar al centro de Palma en unos 15 minutos y al aeropuerto en menos de 10.
- Contras:
- Servicios limitados: Aunque tiene lo básico, para grandes compras o más ocio, necesitarás ir a Palma.
- Dependencia del coche: Para moverte cómodamente, el coche es casi imprescindible.
Transporte público en Sant Jordi
Sant Jordi está bien conectado con Palma a través de la red de autobuses de la EMT. La línea 32 (Sant Jordi - Palma) ofrece una conexión regular, con paradas clave en el centro del pueblo, como la de la Calle del Cid, que te lleva directamente a la Estación Intermodal de Plaza España en unos 25 minutos. Aunque la frecuencia es buena, tener un vehículo propio te dará más libertad.
El encanto rústico y la historia de Sant Jordi
Sant Jordi mantiene un fuerte arraigo rural, que se ve reflejado en su arquitectura y sus costumbres. El Casal de Can Lloseta, un antiguo edificio señorial reconvertido en centro cívico, es un punto de encuentro importante. Pasear por la Plaza de la Iglesia, donde se alza la Iglesia de Sant Jordi con su fachada de piedra de los años 50, te transporta a un pasado agrícola. Cada domingo, el pequeño mercado local ofrece productos frescos de la tierra. Este barrio tiene una historia ligada a la agricultura, lo que se nota en sus fincas bien conservadas y en la calidad de vida que ofrece, alejada del ajetreo urbano pero a un paso de todo.