L'Illa Perduda en València: Tranquilidad familiar y amplias zonas verdes
¿Buscas un lugar donde la calma se combine con la vida de barrio? L'Illa Perduda en València es tu sitio. Es un barrio residencial pensado para familias, con un ambiente sereno que invita a pasear y disfrutar de sus espacios abiertos.
Aquí encontrarás una mezcla de viviendas, desde pisos modernos hasta chalets adosados con pequeños jardines. Es un lugar donde los vecinos se conocen y los niños pueden jugar seguros.
Precios de venta en L'Illa Perduda (actualizado 2025)
Los precios en L'Illa Perduda ofrecen una buena relación calidad-precio. Un ático con terraza cerca del Parc de Malilla puede rondar los 250.000 euros. Mientras, un piso más modesto de tres habitaciones en un bloque con zonas comunes empieza desde los 180.000 euros.
- Piso de 3 habitaciones: desde 180.000 euros.
- Chalets adosados: desde 300.000 euros.
- Áticos con vistas: desde 250.000 euros.
Ventajas y desventajas de comprar en L'Illa Perduda
Comprar en L'Illa Perduda tiene sus puntos fuertes, pero también algunos aspectos a considerar.
- Pros: La tranquilidad es un plus, ideal para escapar del bullicio urbano. Además, las zonas verdes son abundantes y bien cuidadas. La seguridad es alta, un factor clave para muchas familias.
- Contras: Si buscas vida nocturna intensa o una gran cantidad de tiendas especializadas, quizás L'Illa Perduda se quede un poco corta. La oferta de ocio es más bien local y enfocada a la vida diurna.
Transporte público en L'Illa Perduda
Aunque es un barrio tranquilo, L'Illa Perduda está bien conectado con el centro de València y otras zonas clave.
La estación de autobuses más cercana está en la Avenida de Ausiàs March, con las líneas de la EMT 9 y 18 que te llevan al centro en unos 20 minutos. El acceso a la V-30 es muy rápido, facilitando la salida de la ciudad en coche.
Parques y zonas verdes para desconectar
L'Illa Perduda se distingue por sus espacios verdes, perfectos para un paseo o para que los niños jueguen al aire libre.
El Parc de Malilla, con sus zonas de juegos infantiles y sendas para correr, es un auténtico pulmón verde. Además, existen pequeñas plazas y jardines urbanos como el Jardín de la Calle Isla de Hierro, ideales para una tarde de lectura o un picnic improvisado.